domingo, 29 de noviembre de 2009

La pena del enamorado

Sólo quería hablar contigo, sobre algo que tuve que haberte dicho hace tiempo, ¿no te diste cuenta lo que me cuesta ser tu amigo?... vergüenza, timidez. No… Es casi desde el primer día, casi desde que te conocí y yo me regocijaba incluso con saludarte una vez al día pero en un momento me dí cuenta que sólo tenía dos opciones: decírtelo u olvidarte… estúpida y lamentablemente decidí en algún momento lo segundo, olvidarte, por cobardía, puede ser, pero más que nada porque atesoraba esa simple y escuálida amistad de sobremesa, pero me fue completamente inútil, cada vez que intentaba olvidarte tu recuerdo volvía más y más fuerte… Y ya no puedo guardarlo más, hoy te lo digo, no esperando encontrar una dualidad a mis sentimientos, esperando, o deseando mejor dicho, que me entendieras, que no te alejes nunca de mi, aunque seamos “sólo amigos”…

No hay comentarios:

Publicar un comentario